Much Ado About Nothing de William Shakespeare
Entre todas las comedias románticas, Much Ado About Nothing queda como una de los clásicos del género, no por su innovación (sería imposible decir si Shakespeare inventó temas centrales de la obra, y por lo que conocemos de él, sería incorrecto) sino por ejecutar a la perfección los temas (y clichés) que hasta hoy en día sobreviven.
La trama es simple y se centra en las desventuras del tierno amor de Hero y Claudio, jóvenes que serán peones en la estrategia de Don Juan para vengarse de su hermano. O mejor dicho, medio hermano ya que nuestro villano será un hijo bastardo y se excusará por su malicia en ello ("quien nace mediante la pasión, será un hombre apasionado").
Hero y Claudio rescatan un elemento ya usado de Shakespeare (la muerte fingida) y tienen una gran influencia en el argumento; ellos son el argumento y por ello no llegan a un desarrollo tan grande. No tenemos muchas esperanzas en el amor de ellos, sobre todo por las actitudes de Claudio, pero se da una gran afinidad del lector con Hero, pequeña e inocente, y se desea que logre vencer las malas lenguas.
Pero ante todo, esta pareja palidece frente a la gran atracción de la obra: Beatrice y Benedict, quienes tendrán una típica batalla entre los sexos más que espectacular. Uno se ríe con ellos y de ellos, al más fiel estilo del género, y espera que terminen juntos. Y si esto no se cumple en un principio, será por una característica de sus personalidades (ambos necesitan vencer al otra, aún cuando se amen) y no por terceros. He aquí que la separación del argumento, que no se centre en ellos sino en Hero y Claudio, permite que se disfrute de sus idas y venidas, como si fueran secundarios en la trama, sin que les caiga el bagaje de llevar adelante la acción.
Otro miembro importante de la obra es la guardia nocturna comandada por Dogberry, quienes son un dolor de cabeza para las traducciones. La intención es lograr un juego de palabras incesante, cierto estudio humorístico del idioma y puede cansar al lector/espectador o aburrirlo. En el caso de Benedict y Beatrice es un duelo de intelectos donde el arma principal es el lenguaje (y seamos claros, Beatrice siempre triunfa), mientras que en la guardia hay un humor más bajo e inmediato, con mucha paronomasia (cambio de una palabra por otra de sonido similar pero diferente significado) que en traducciones no suele estar con el equivalente adecuado. De todas maneras, agrega una nueva capa al lenguaje shakespereano y mucho humor cuando se hace bien.
No hay grande temas que se traten aquí, se busca una comedia, pero hay tanto detalle y explotación de elementos claves, buscando que estén en el mejor punto posible que logra de esta obra una delicia.