The Secret Keeper de Kate Morton
Laurel Nicolson es una estrella del teatro y del cine, uno de los rostros más queridos de Inglaterra y un referente para toda nueva actriz, pero también es una persona que ha intentado no distanciarse de su familia (con mediano éxito) y debe volver a su viejo hogar cuando su madre se encuentra agonizante. El conflicto que Laurel siente con ella va más allá de algunas disputas de ideales, se centra en un momento concreto en su vida: cuando la vio asesinar a un hombre en el jardín de su casa.
Al sostener un libro de Kate Morton uno sabe algunos puntos que contiene: secretos familiares, falsas identidades, saltos en el tiempo, escritores oscuros, giros narrativos, una protagonista en un momento trunco en su vida, un indicio de posible romance y un cuidado especial a la recreación de la época. Todo esto es algo positivo en muchas instancias, pero luego de encontrarlos juntos en un tercer libro de la autora, uno comienza a sospechar si no será un poco predecible.
Hay un gran trabajo en la prosa, acompañada de un conocimiento de la época que se busca a relucir y muchas veces aporta, pero a veces termina afectándola, aleja al lector en vez de dar una mayor inmersión en la historia, sobre todo en el comienzo del libro que se hace pesado y tarda en lograr un ritmo constante. Pero en un nivel más general, la atención al detalle permite que la ficción funcione y lleve a momentos muy interesantes, genuinos.
Otro de los problemas es la falta de conexión que uno siente con el personaje de Dorothy, la madre de Laurel. Llega a resultar frustrante, antipático más que nada porque se lo encasilla en el lugar de heroína, y el tener su punto de vista (bastante subjetivo) durante un tramo largo de la historia logra cansar al lector, aún cuando resulte vital para la historia.
El giro logra reparar algunas carencias que se puedan encontrar en el libro, pues hila cabos sueltos, pero estos son tan evidentes que uno puede adivinar la sorpresa antes de llegar al final.
Aún así, debo mencionar que muchas de las fallas pueden venir de varios problemas en la traducción que se traspasan a la obra tanto en el vocabulario como en la sintaxis. Suenan extrañas muchas situaciones, muchos nombres, en un intento de asemejarse lo más posible al texto en inglés. Muchas veces logra desconcentrar y me hacen replantearme leer el próximo libro en español.
Lo cual no significa que sea un mal libro, hay una línea argumental clara (aunque entreverada para ir deshilando) y momentos inspirados que hacen disfrutable la lectura, pero entre tantas similitudes uno no puede evitar recomendar trabajos mejores de la autora.